miércoles, 5 de agosto de 2009

Nueve y media



Cuando somos la náusea del que busca una razón en caída libre o un madero rompiendo una copa de cristal… cuando nos acusan de llorar al matar nuestros recuerdos, que persisten como tu mirada al final de mi ventana. Cuando somos la mazmorra que esconde al asesino y se deja llevar por las hojas secas… cuando mueres de ganas de vivir enmarcado sobre la mesa de noche, cuando te da lo mismo ser cara o sello, fuego o tierra… memoria o silencio.

Cuando somos la soga que sostiene el miedo al borde de un barranco o el tatuaje de los dioses desterrados… cuando las heridas te sostienen y la sal te busca a tientas en una carcajada. Cuando somos la mitad de la tristeza que cabe en una palma y te quema el pulso… cuando anuncian la enfermedad del viento… que silba sobre calles y nucas huérfanas… que exigen un abrazo y una despedida a la mañana.

Cuando somos una plaga de nostalgias, un laberinto de razones en el funeral de la rabia… un puñado de plegarias escondidas bajo la cama.
R.A.

1 comentario:

  1. De ojos cerrados
    de soñar que duermo
    de besarte en la boca o donde sea,
    de pies alados
    de morir de viejo
    de visita fugaz, como marea.

    De esfuerzos vanos,
    de mirar profundo,
    de no cambio tu alcoba por mi aldea
    de andar cansado
    de pensar obscuro,
    de a menudo la mala no es la fea.

    De voz inquieta
    de perfil profano
    de arrebátame a |besos la presea,
    de historia ciega
    de dormir temprano
    de es lo que hay, que lo compre quien lo crea.

    De mente abierta
    de palabra sabia,
    de mátame suavemente con la idea,
    de piel despierta
    de desear con rabia
    de sonríe mi amor, que dios te vea.

    De pocas pulgas
    de por esta cruz,
    de dibla, esquiva, chuta y cabecea,
    de vida diaria
    de buscar tu luz,
    si amarte es esas formas...
    así sea.

    PERRONEGRO (La riviera, por supuesto)

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