viernes, 15 de mayo de 2009

Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar...


Al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio....

Ni soy sabia ni he encontrado labios que saquen de quicio... así que en ese afán de creer, tan sólo eso CREER que algún día la vida sería benevolente conmigo y me toparía desafiando el oleaje sin timón ni timonel encontrando esos labios que arrebataran mis sentidos y mi mente; me he quedado esperando y esperando siempre a que algo pase, a que algo suceda a que mi bocanada de aire me llene los pulmones y que por fin no sean sólo pensamientos y palabras, sino saliva, piel y sudor...

Pero la realidad es otra y se me estampa una vez más en la cara y no queda sino sólo un corazón de viaje, triste como isla sin puerto... creyendo q tal vez un día una ola rozará su orilla.