Llegan de repente y sin pedir permiso, irreverentes, traicioneros, vulnerables, cabrones, te impiden dormir, te fastidian, te agobian; parecieran a veces una tortura silenciosa…
Imágenes, colores que te recuerdan sensaciones, sabores y emociones, que parecían guardadas en la memoria…y sin embargo te embriagan los sentidos.
No sé puede escapar de lo que uno es, de lo que uno siente, de la nostalgia que provoca lo no vivido; lo que si se puede es decirlo, recordarlo y sentirlo tratando de que así se vaya una vez más… por lo menos hasta que no se le ocurra regresar de nuevo…
Un día alguien a quien yo dolida preguntaba “Y ahora que hago con mis sueños?”… me contestó “Guárdalos son tuyos…”
viernes, 7 de mayo de 2010
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